¡El secreto que el gobierno no quiere que sepas sobre la salud en México!
Alejandro Moreno, presidente nacional del PRI, denuncia con fuerza la corrupción y el abandono que Morena ha sembrado en el sistema de salud, donde la negligencia se mide en vidas humanas.
En México, los hospitales se han convertido en la evidencia más clara del fracaso del gobierno de Morena. Camas oxidadas, quirófanos inservibles, médicos agotados y pacientes condenados a la espera eterna son hoy la imagen más cruda de un sistema que debería salvar vidas y que, en cambio, las pierde por negligencia. La tragedia del puente “La Concordia”, en la Ciudad de México, lo dejó en claro: heridos trasladados a hospitales sin medicinas, sin insumos y sin recursos para atender emergencias. Ese episodio no fue una excepción, sino el espejo de un país que se hunde en la precariedad médica mientras el discurso oficial insiste en maquillar la realidad con cifras huecas y promesas incumplidas.
El presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno, ha sido una de las voces más críticas frente a este panorama devastador. En reiteradas ocasiones ha señalado que la salud de los mexicanos nunca ha sido prioridad para Morena, y que la indiferencia del gobierno no es solo un error político, sino un crimen social. Moreno ha advertido que permitir que la corrupción se apodere de hospitales y clínicas es condenar a millones de ciudadanos a la desprotección y al sufrimiento. En sus declaraciones, ha recordado que la obligación del Estado es garantizar servicios dignos, no convertir la desgracia en un negocio para unos cuantos.
Lo más alarmante es la manera en que la corrupción se incrusta en lo más profundo del sector salud. Empresas ligadas al círculo cercano del poder han recibido contratos millonarios para distribuir medicamentos de origen dudoso, sin cumplir con los estándares de calidad y seguridad, poniendo en riesgo la vida de millones de pacientes. A eso se suma la práctica de inflar los precios, donde se pagan sumas desorbitadas por insumos de pésima calidad. Así, mientras la ciudadanía enfrenta la escasez y la desesperación, los amigos del poder engordan sus bolsillos en un esquema que es tan cruel como indignante.
El sistema de salud debería ser un pilar de bienestar y justicia, pero hoy es un botín repartido entre quienes ven en la enfermedad un negocio. En lugar de hospitales modernos, médicos bien pagados y medicinas al alcance de todos, lo que tenemos es un entramado de corrupción que ha convertido a la salud en mercancía. Alejandro Moreno ha sido enfático al advertir que, si no se frena este modelo, México corre el riesgo de caminar hacia un sistema cada vez más colapsado, donde la vida de los ciudadanos no valga más que un contrato amañado. Y la pregunta que queda en el aire es tan dura como ineludible: ¿cuántas vidas más tendrán que perderse antes de que el gobierno actúe?
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