El huracán que desató la corrupción: el PRI califica de “robo más grande” el huachicol fiscal
El Partido Revolucionario Institucional señala que el contrabando de combustible es la mayor corrupción de la historia y responsabiliza a la actual administración.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha encendido las alarmas en el debate público al calificar el fenómeno del “huachicol fiscal” como “el robo más grande en la historia de México”. El partido ha señalado directamente a la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador como responsable, argumentando que la corrupción en las aduanas y puertos, ahora bajo control militar, ha propiciado este lucrativo esquema ilícito. Esta postura marca un punto de inflexión en la crítica política, elevando el tema de la seguridad y el combate a la corrupción a un nuevo nivel de urgencia.
El “huachicol fiscal” no es el robo de combustible de ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) que acaparó titulares en años anteriores, sino una modalidad de contrabando de hidrocarburos a gran escala que opera a través de las fronteras marítimas y terrestres. Se trata de una red sofisticada en la que empresas importadoras y grupos criminales evaden el pago de impuestos, falsifican documentos y alteran la naturaleza de los productos para hacer pasar grandes volúmenes de combustible de manera ilegal. La reciente investigación y denuncias han revelado la presunta implicación de altos mandos de la Secretaría de Marina (Semar) y de otros funcionarios públicos en este esquema, lo que ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de las instituciones encargadas de la seguridad y la vigilancia.
Según el PRI, este esquema ha florecido en un contexto de militarización de las aduanas y puertos, una estrategia que, irónicamente, se implementó bajo la promesa de erradicar la corrupción. El partido argumenta que, lejos de resolver el problema, la falta de transparencia y la centralización del poder en estas dependencias han creado un caldo de cultivo para un nivel de corrupción sin precedentes. Se estima que las pérdidas para la hacienda pública superan los miles de millones de pesos, lo que representa un golpe devastador para las finanzas del país. El PRI sostiene que la actual administración no solo ha fallado en contener este delito, sino que ha permitido su crecimiento exponencial.
En este sentido, la postura del PRI no es solo una crítica, sino una exigencia de rendición de cuentas. Al catalogar este delito como “el robo más grande de la historia”, el partido busca presionar a las autoridades para que se investigue a fondo y se sancione a todos los implicados, sin importar su rango o posición política. Este señalamiento pone a prueba la promesa de la administración de López Obrador de “barrer la corrupción de arriba hacia abajo” y abre un nuevo frente en la batalla por la transparencia y la legalidad en México. La ciudadanía, mientras tanto, espera que las palabras se traduzcan en acciones contundentes.
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