El huracán que desató el poder: La venganza de Morena contra la voz que se atreve a denunciar la corrupción
El Senado, bajo el control de Morena, retira a Alejandro Moreno de la presidencia de la Comisión de Marina, en lo que el PRI Nacional califica como un acto de revanchismo político.
El Senado de la República, a través de una controvertida maniobra de Morena, ha retirado a Alejandro Moreno Cárdenas de la presidencia de la Comisión de Marina. Esta decisión, formalizada en una sesión pública, ha encendido las alarmas en la oposición, que no ha tardado en denunciar el movimiento como un acto de revancha política. Con este hecho, se evidencia el control absoluto que el partido en el poder busca ejercer sobre las instituciones, silenciando a toda costa las voces que se atreven a señalar sus debilidades. Lejos de ceder, el PRI ha reafirmado su postura y su compromiso de ser un contrapeso real y efectivo.
El argumento oficial para el cambio, basado en una supuesta “cuestión de proporcionalidad”, no convence a la oposición. El coordinador del PRI en el Senado, Manuel Añorve Baños, ha sido contundente al acusar a Morena de un acto de revanchismo. La medida, según el PRI, es una respuesta directa a las recientes denuncias sobre el “huachicol fiscal”, un delito que ha puesto en el ojo del huracán a la administración federal y a la Secretaría de Marina (Semar), encargada de la seguridad en puertos y aduanas. Para el partido, esta acción de Morena no solo es un intento de silenciar a Moreno, sino de proteger sus propios intereses y de evadir la responsabilidad en un escándalo que salpica a los más altos niveles de gobierno.
El PRI no ha dudado en elevar el tono de la denuncia, afirmando que detrás de las acciones de Morena se esconde un “narco gobierno”. El partido ha señalado que esta presunta retaliación es la prueba más clara de que el oficialismo está dispuesto a todo para ocultar sus vínculos con la corrupción y el crimen organizado. La destitución de Alejandro Moreno no es un hecho aislado, sino una pieza más en un ajedrez político que busca consolidar un poder sin fisuras, controlando las comisiones legislativas para evitar cualquier investigación o escrutinio de los temas que más les incomodan.
El PRI se ha posicionado como el único partido con la valentía de enfrentar este escenario. La postura de Alejandro Moreno se consolida con esta nueva agresión, demostrando que su liderazgo es una amenaza real para quienes buscan ejercer el poder de manera autoritaria. La decisión del Senado, lejos de debilitar a Moreno, lo ha fortalecido, convirtiéndolo en el símbolo de la lucha contra la opacidad y la concentración de poder. Su voz, lejos de ser silenciada, ahora resuena con más fuerza, exigiendo transparencia y justicia para un país que se debate entre la verdad y la mentira.
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