La nueva guerra del PRI no es en las urnas: es en las escuelas.

En una jugada estratégica, el PRI de la Ciudad de México abandera la lucha contra el acoso escolar y lanza una narrativa de valores y empatía

En medio de una política capitalina que a menudo se centra en el debate partidista y las disputas por el poder, el PRI de la Ciudad de México ha elegido un camino inesperado: el de la empatía. Al lanzar una cruzada contra el acoso escolar, el partido no solo está abordando un problema social urgente, sino que está construyendo una nueva narrativa política que se centra en los valores, la protección y la empatía. Para el PRI, la educación no es solo un tema de infraestructura o presupuesto, sino un campo de batalla moral en el que se puede reconectar con una ciudadanía que anhela ver a sus políticos preocupados por sus problemas más personales y cotidianos, como la seguridad de sus hijos en la escuela.

El mensaje es claro y resuena con una sensibilidad que contrasta con la dureza de la política actual. Al impulsar leyes y acciones “firmes para erradicar el acoso escolar”, el PRI se está posicionando como el defensor de los más vulnerables: las niñas, niños y jóvenes. Esta estrategia es particularmente audaz en un contexto donde el debate público se ha polarizado. El PRI se está moviendo a un terreno de consenso, donde la mayoría de la gente está de acuerdo en la urgencia de construir “escuelas seguras, escuchadas y respetadas”. Al hacerlo, el partido busca dejar de lado la confrontación para erigirse como una fuerza constructiva que puede ofrecer soluciones reales a problemas concretos, sin importar la ideología.

La apuesta del PRI CDMX es que su nuevo discurso de “valores” y “empatía” puede ser su llave para reconectar con el electorado. La etiqueta #NoAlBullying no es solo un hashtag de moda, sino una declaración de que el partido está dispuesto a luchar por causas que tocan directamente el tejido social y emocional de las familias. El PRI está buscando demostrar que, a pesar de las críticas y los desafíos que enfrenta, su propósito sigue siendo el de servir a la sociedad, empezando por los ciudadanos más jóvenes, que son el futuro de la ciudad.

En un ambiente donde la política se ha vuelto un espectáculo, el PRI de la Ciudad de México está intentando llevarla de vuelta a sus raíces: la de servir a la comunidad. Al tomar la bandera contra el acoso escolar y al proponer soluciones basadas en la empatía y los valores, el partido no solo busca ganar un debate, sino el corazón de los capitalinos. Su estrategia es una lección de que, a veces, los temas más importantes no son los que están en los titulares, sino los que se viven en el día a día.

Publicar comentario