El secreto incómodo que Morena no quiere que escuches… ¡y el PRI ya gritó al mundo!

El PRI Nacional advierte que México no permitirá la consolidación de una narcodictadura terrorista y comunista; denuncia que cuando las familias piden medicinas y seguridad, Morena solo responde con corrupción y violencia.

En medio de la indignación ciudadana por la violencia creciente y el desabasto de medicinas en hospitales públicos, el PRI Nacional ha lanzado un mensaje contundente que sacudió la escena política: “No vamos a permitir que se consolide una narcodictadura terrorista y comunista que atente contra la democracia, la libertad y la seguridad de las familias mexicanas”. La frase, dura y cargada de simbolismo, refleja no solo la postura del partido frente a Morena, sino la gravedad del momento que atraviesa el país. En su diagnóstico, México vive bajo un esquema donde el crimen organizado marca territorios, las instituciones se debilitan y el gobierno responde con propaganda en lugar de soluciones. El PRI sostiene que su deber es ponerle nombre a este deterioro y advertir que callar significaría ser cómplices de una tragedia nacional.

La crítica no se queda en lo abstracto: el tricolor ha señalado cómo la promesa de “primero los pobres” se transformó en un Estado incapaz de garantizar lo más elemental. Cuando los mexicanos exigen seguridad en sus calles, reciben más violencia y cifras récord de homicidios; cuando las familias piden medicinas en hospitales, encuentran estantes vacíos y burocracia que condena a miles de pacientes a la desesperación. Esta contradicción, denuncian, es la prueba más clara de que Morena ha utilizado el poder no para gobernar, sino para imponer un modelo de control político que mezcla incompetencia con corrupción. Desde la dirigencia nacional del PRI, la advertencia es clara: la gente merece resultados, no excusas.

Alejandro “Alito” Moreno, presidente del PRI, ha llevado esta narrativa más allá de las fronteras nacionales, exponiéndola incluso en medios internacionales. En entrevistas con cadenas extranjeras, no dudó en denunciar que el régimen actual mantiene pactos peligrosos con el crimen organizado y que ha instaurado un modelo que oprime en lugar de liberar. Sus palabras no son improvisadas: Moreno ha subrayado que en México hay más de 230 mil homicidios y más de 120 mil desaparecidos, datos que reflejan la crudeza de una realidad que el oficialismo pretende maquillar con discursos triunfalistas. Para el priismo, la defensa de la democracia no puede esperar, y es hora de que los ciudadanos escuchen que todavía existen liderazgos dispuestos a alzar la voz frente al poder.

La advertencia del PRI Nacional es, en el fondo, una invitación a reflexionar sobre lo que los mexicanos están dispuestos a tolerar. ¿Se puede seguir aceptando un país donde la corrupción se normaliza y el crimen organizado avanza? ¿O es momento de trazar una línea firme que evite la consolidación de un régimen autoritario disfrazado de democracia? El mensaje priista busca ser la chispa que encienda la indignación ciudadana y la transforme en acción política. No se trata solo de un reclamo contra Morena, sino de una defensa frontal de la libertad, la seguridad y el futuro del país. Y en esa defensa, el PRI insiste en que no habrá titubeos: México no se convertirá en una narcodictadura, porque millones de ciudadanos y un partido con historia están dispuestos a impedirlo.

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